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Una extraña en mi espejo

La lipodistoria

La lipodistrofia es la pérdida de grasa en algunas zonas del cuerpo y la acumulación de la misma en otras, siendo la cara, el abdomen, las extremidades y las nalgas las zonas más afectadas por esta patología relacionada con la toxicidad de algunos tratamientos antirretrovirales. Aunque la lipodistrofia no sólo afecta a personas con el VIH, su prevalencia en personas con este diagnóstico y las marcas visibles que genera han contribuido a aumentar el estigma y la discriminación por ser identificadas con el VIH y el sida. Esta situación afecta muy negativamente en la salud psicológica de las personas que lo padecen, llegando a generar su propia autoexclusión por miedo al rechazo.
Debido a la presión social que se ejerce contra el físico de las mujeres y la doble discriminación a la que se han visto sometidas por ser mujeres y tener el VIH, la lipodistrofia ha sido causa de complejo, carga emocional y estigma. A continuación os presentamos el testimonio de Mar, participante del proyecto de Mujeres Positivas en el que quiere visibilizar esta situación y acercarse con ella a más mujeres que hayan sufrido también de lipodistrofia.

Una extraña en mi espejo

Sobrevivir a toda costa y a cualquier precio. Era como un lema, un día más de vida. Una victoria que tuvo sus luces y sus sombras. Los tratamientos para el vih, hace más de treinta años, no intoxicaban solamente el organismo. Muy sutilmente me empezaron a mostrar a una extraña frente al espejo. Mi rostro se deformaba, mis mejillas desaparecían y lentamente tenia la sensación de que, en algún momento, iba a desintegrarme, eso sí con un contaje de CD4 impresionante. Vivía en una carrera de obstáculos, duelos e incertidumbre. ¿Quién es una mujer que no se reconoce? Una mujer que se incluye en porcentajes mínimos de estudios referentes al vih. Una mujer a la que arrebatan la posibilidad de expresar sus emociones excepto en espacios de pares. Esa desconocida que te sigue mirando desde tu espejo. Las lipoatrofias/ lipodistrofias no quedaron en el pasado. Muchas de nosotras seguimos lidiando con las consecuencias de reconstrucciones faciales cuyo producto, después de muchos años se ha infectado y/o encapsulado, lo cual significa pasar por quirófano para regresar al punto de partida…pero ya no eres la misma mujer. Ahora ya puedes sonreír al espejo porque sabes que eres eterna, única, auténtica y reflejas la belleza de todas las flores que has recogido en tu incierto caminar
Para que todas las mujeres nos miremos de nuevo al espejo sin miedo, sin juicio y sin complejos
Mar Linares
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